martes, 22 de julio de 2014

Pistolas

Mi soledad madruga a veces, se levanta antes que yo. Y me deja el desayuno en la cama, de su lado del colchón. Acomoda los recuerdos, junta leña si es abril. Si su prima, la tristeza, me visita, jura que reza por mí. Pero algunas noches verdugas la reto a duelos sin fe, los dos elegimos padrinos y pistolas al amanecer. Algunas noches me canso, la reto a duelos sin fe, los dos elegimos padrinos y pistolas al amanecer. Mi soledad usa tacos altos, no se si estoy a su altura. Hago planes abrazado a su cintura, que es consuelo y es estrago. Mi mascota, cuando llueve, camarada en el alcohol, se hace un pic-nic con mis lágrimas flaquitas, mientras me seca el sudor. Pero algunas noches verdugas, la reto a duelos sin fe... Y a la hora de los bifes cuando apura el porvenir, le pregunto si me va a cuidar de viejo... Y no sabe qué decir.

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