martes, 22 de julio de 2014

En la posada del fracaso, donde no hay consuelo ni ascensor, el desamparo y la humedad comparten colchón. Y cuando por la calle pasa la vida como un huracán, el hombre del traje gris saca un sucio calendario del bolsillo y grita: ¿Quién me ha robado el mes de abril? ¿Cómo pudo sucederme a mí? pero ¿quién me ha robado el mes de abril? lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón. La chica de bup casi todas las asignaturas suspendió, el curso que preñada aquel chaval la dejó. Y cuando en la pizarra pasa lista el profe de latín, lágrimas de desamor ruedan por la página de un block, y en él escribe: ¿Quién me ha robado el mes de abril? ¿Cómo pudo sucederme a mí? 
El marido de mi madre en el último tren se largó, con una peluquera 20 años menor. Y cuando exhiben esas risas de instamatic en París, derrotada en el sillón se marchita viendo Falconcrest mi vieja, y piensa ¿Quién me ha robado el mes de abril?

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