martes, 18 de junio de 2013

Este juego nunca tiene un vencedor, cuéntame quien nunca sufrió por amor... Y se acerca un amigo a secarte las lágrimas. Es tan diferente, no parece gente, tierna compañera. Hasta aquí valoré siempre, fue nuestra decisión aunque cueste un montón ¿Cómo no extrañar tus besos a medida? Fuiste todo, eres todo en mi vida. Despertabas en la cama con mi piel, hoy te duermes con quien sabe quien. Pensar que tu eras mío, y cuando más necesitaba siempre estabas a mi lado. Ser fuerte es mi necesidad, ya no es una opción, esta situación tiene que mejorar. Me has llevado a las estrellas, conocí un mundo mejor. En mi nave hacia la Tierra ahora quien sin ti soy yo... La diferencia entre tu y los demás, claro que no es la belleza nada más. Hemos amado, lo que vivimos no fue planeado. Ha fracasado lo que un día fue real. Me has enseñado que todo tiene un gran final, y hay que aceptarlo aunque duela de verdad. Yo te voy a extrañar, aventuras que no me voy a olvidar, travesuras que me enseñaron a amar. Que difícil es dejar a quien siempre quise amar, al catálogo del mundo donde yo te fui a buscar.

lunes, 10 de junio de 2013

Es una forma de huir o un acto de libertad. Es imposible seguir, me hago viejo y no se en qué confiar, en algo de azar. Luces caen en tu sombra. Y es un hecho triste mi naturaleza, mi destino insiste con tenerte cerca. Como la noche se lleva el Sol, y nos deja un par de estrellas. Como se quema en tus ojos toda mi tristeza. Y es imperdonable toda tu belleza, salva de los males de mañanas muertas. Como se lleva el olvido todas mis promesas. Como se quema en tus ojos toda mi tristeza. 
Ya bajé la guardia hace algún tiempo, no me enojo ni me río porque sí. Canto mi bolero desangrado, pinto el cielo en acuarelas azul sobre gris. Eran calesitas desoladas, no me dejen solo por ahí. Ya le rendí cuentas al destino, no me sigas. Todas las mañanas llora porque sí, no pretendo en sueños... Yo sin vos, sin mí. Fue la última vez que la vi. Yo vivo en la vida de la ausencia. Veo con los ojos del olvido la verdad. Cada lunes es un día muerto, y el espejo fatalidad. Pónganme anestesia sin apuro que hoy me está costando sonreír. Tengo más pasado que futuro y dos años sin dormir. Se curó de espanto, se acercó hasta mí y escondió consejos para ser feliz. Fue la última vez que la vi. 
Dale, no me podes tratar así. En este martes medio gris, la luna es una cosa que se pierde en la penosa madrugada silenciosa del cielo de San Martín. Todo amanecer que estés acá con esas ganas de llorar, la pena es un recuerdo moribundo que se guarda bien profundo en el submundo y mundo de mi ser. Es la hora de tomar nota, de pagarte todas las cuotas, de reconocer las derrotas y la habilidad de perderte. Todo lo que fui que ya no soy, creo que perdí la conexión de momentos de mi vida. Si ya no me espera nadie hoy me gusta perder la dirección, mañana es otro día. Loco, si estás tan solo como yo, yo te comparto este dolor. Las cosas del destino no se miden con la esencia ni el idioma de la ausencia que deja tu aparecer.
Otra madrugada inquieta para mi vida secreta, y mi tristeza de Saturday Night se lleva bien con esta soledad.  Ella sueña con fantasmas, cura el horror cataplasma. Y va tratando de resucitar y renunciar a llorar y llorar. Me desconecto más, te miento y te digo la verdad. Es viernes y te extraño, es una nueva desilusión. Tus labios de encanto provocan espanto, y recuerdo el dolor de noches y noches de calor. Un paisaje de ilusiones, miércoles de apagones. Se nota siempre la soledad, algunas cosas son para postergar. Hoy siguió llorando a mares penas internacionales. Llueve cien mil tormentas por acá, perdió la fe en la estación que quedó atrás.
Media mañana en la ciudad y un tren que se va siempre. Ayer llovieron amuletos de la mala suerte. Hoy se prendieron lucecitas que se apagan siempre. Desaparece y aparece, como vos, la suerte. Todas las mañanas de mi vida me pregunto que será de tus ojitos inocentes. Todas las tormentas y los soles que nos aman, los olores y las flores de septiembre. Un hechizo, brujería o venganza de la vida llega tarde y casi ni se siente. Yo tengo recuerdo de tus siete días patoteando de mañana a la muerte. Cada sutileza de ayer se complica y hace llenar de mareos los otos, y nostalgias la ciudad. Yo no busco ayeres en hoy, ni mañanas en un jamás. Los minutos se disfrazan de segundos. A mí nadie me dijo de vos... Pintaron los diablitos y yo, y nuestros angelitos de dios al borde bailaban, bailaban con vos. Millones de ofrecidos sin voces escuchan lamentos antiguos de vidas pasadas. 
Se anochecieron las tardes de los días que pasamos, de algunos pocos veranos que tuvimos de prestado. Y cada vez que hablas así en la boca se te nota que me escondes las sombras, justo atrás de mis derrotas. No me hagas más los ojitos de los viernes, los feriados. Ni me invites a la boda de la hija del diablo. Si estás pensando en mí y Abril no funcionó, pero te extraño aunque no nos estemos entendiendo. Tener o no tener, volver o no volver. Ayer y antes de ayer, tuvimos un hermoso tiempo. Llenaste nuestra habitación de ausencia ¡Hola noviembre! ¿Quién va a sacar del comedor la angustia? ¡Hola noviembre! Si andas por todos los cielos, menos el de nuestro barrio. Se te perdieron los años ante anoche, como a diario. Yo voy a perder esta guerra tan temprano, yo busco en todas razones tu perfume de verano. 
Todos mis ataques pasajeros me sorprenden a la hora de cenar, porque flotan en el vaso de la lluvia de Febrero, que no mojan ni entristecen la ciudad. Cada momento de duelo, cada tormento primero, cada pesar o consuelo, cada dolor pasajero. Cada manía o apego, cada lamento sincero, cada domingo fulero, cada lunes de miedo. Todos los días de Enero, yo y mi look de pordiosero. Todas las capas del cielo, todas las cosas que quiero. Todos los días del mundo existe una forma de resucitar. Cada noche en cada lugar los momentos que nos quedan, una absurda oportunidad de vivir, revivir mi vida. Música, mientras caemos hay música. Aunque ahí afuera este todo mal, y es el parlante de mi ciudad. Dramática, la hora de la pena y nadie tiene paz. Yo sigo sin escuchar. Momentos infinitos, los minutos del invierno se diluyen en la boca de un diablo charlatán. Porque solo me llevo la gloria de tener en la memoria una mágica historia en tus horas de euforia. Todos los días del mundo existe una forma de resucitar. 
Retrocedo como el tiempo ¿Cuánto queda para mí? Cuando vuelva del infierno tus ojos mil. En el último tormento del veranito de San Juan, mariposas con lamento volaban La Paternal. Y ando mejor a veces cuando no se donde ir, cuando no ataca el sueño y me da por escribir. Se niega el Sol a salir, hoy no te pongas así. Yo ya no hablo de mí destino, tus ojos mil. En el fondo, en el alma, en el fin. En lo que queda de mí, en el efecto melancolía, tus ojos mil... La nostalgia del verano llega con puntualidad, y mis sueños demorados pateaban la Capital. Los fantasmas del pasado no eran un "volver atrás". No me olvides que me apago, que no lo puedo evitar. Algunas pocas veces reconozco padecer, los cielos con tormentas que se olvidan de llover. Si estás tan lejos de mí hoy no te pongas así, no tengo nada que ver conmigo, tus ojos mil.
Todas las mañanas del mundo, y esta angustia barata. El reloj amenaza y retrasa, y la falta que haces en la casa... Cada cosa que no decís por que te está haciendo daño. En el nombre de mi desengaño, a la noche te extraño, te extraño... Vivo como siempre, desarmado, sobre mí.. Con vos es 4 de noviembre cada media hora, atrasaré las horas, horas, horas... Que algo te libre de las penas acompañadoras cuando te sientas sola, sola, sola... Toda tu mesita de luz lleva el color de tu esencia. Las mañanas exigen clemencia, la catástrofe que hizo tu ausencia. Cuando se libere mi alma de tus ojos de encanto, cuando el frío no enfríe tanto los domingos y jueves de espanto. Yo buscaré algún sol ahí... Cuando me faltes este otoño y se despinten solas tus acuarelas, todas, todas... No quiero nada más sin vos, no quiero estar a solas. 

martes, 4 de junio de 2013

Me gustan tus ojos, tu intensidad. Me gusta que vengas por un trago más. Me gusta tocarte sin intención. Me gusta tu historia de resurrección. Me gusta la curva de tu nariz. Me gusta escucharte, ser tu aprendiz ¿Cómo no haberte visto mientras bailas? La música es aire cuando te vas. Vos para mí, yo para vos. Puedo sentir una energía tan intensa entre los dos. Me gusta tu sed si tu barman soy. Se va la tristeza en tu vaso en flor. Traigo mi guitarra de atardeceres. Bebidas, canciones, viejos placeres. Si pudiera herir tu cuerpo de amor, lo estoy meditando... No habría nada mejor. Yo no quiero dejarte, ir por ahí sin que en algún instante pienses en mí. Pides por egoísmo, es justa razón... ¡¡¡Yo no tengo un instante hueco de vos!!!
Tal vez exista un lugar, un sitio oculto a la distancia, de la vida y su ironía ¿A donde descansará el amor que nadie usa, y no hizo historia? Del que ya nadie hablará... Libera tu sonrisa en una estrella que en verdad, esta noche me sumaría mucho bien. No servirá de nada la felicidad, no servirá la fantasía, solo quedará el tiempo andado. Flotará en el viento una lágrima que volverá hasta ti. Te digo adiós, adiós a la memoria en que guardaba años de felicidad. Me miran enfrentándome ala vida como si estuviera aquí. Tal vez un día el universo me dará alguna sorpresa y me llevará hasta ti. El mundo en el que vivo y donde estás no tienen diferencia, aunque yo no lo quiera ver. Giro el mundo y gritaré tu nombre por milenios, y la espera me sofoca más aun. Miro que el dolor me va venciendo, que la soledad me ahoga, que tu olor escapa lento.
La diferencia entre tu y yo... Nunca he llegado a comprenderla realmente. Sabemos como hacernos daño sin quererlo. Somos polos opuestos. Yo soy desordenada, soy una niña encarcelada. Le temo a mi pasado, y a tu pasado... Y tu no. Tu y yo: elemental, pero que difícil es. Es mi vida, y volveré a perder el sueño. No encontraré el enigma eterno, la diferencia entre tu y yo. Si me preguntas como estoy, tu risa apagará mi lucha interna, con su mirada dura la tortura, me darás respuesta a todos mis "por qués". La diferencia entre tu y yo... ¿Tu como estás? Bien ¿Yo como estoy? Vah... Uno se ríe de si mismo, el otro llora lo que no es... Pienso que es un error. Yo no tengo más que dos o tres amigos en la vida, tu crees que todo el mundo va a curarte las heridas. Tu y yo: tan absurdo que quiero desaparecer. Se que en mi mente hay un desorden de preguntas, de inseguridad inútil y absurda, tu lo sabes bien... Si algún día asomándome a la vida me diera cuenta que no hay más melancolía volvería por ti.