Hoy solo quiero contar como me siento, estoy viviendo un día en blanco y negro. Así que no me vengan a hablar de amor porque soy un monumento al mal humor. Y mi sonrisa siempre fue una mala actriz... ¿Cómo puede una ciudad estar tan gris? No hay luz en casa, pero con la vela alcanza para alumbrarme la amargura, dos o tres puntos de sutura. Un revés a mi destino, un día de estos yo me animo. Hoy no hay metáforas, hoy voy a ser sincera. Las cosas no me están saliendo como quiero. Es una tarde en la que siento que una fiesta sería dormir 35 años la siesta. De vez en cuando caigo en estos agujeros, pido licencia al humor que siempre tengo. Son mil de azúcar, y una sola de sal. Tengo derecho yo a sentirme un día mal.
martes, 12 de junio de 2012
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