domingo, 17 de junio de 2012


Hay que saber ser princesa sin un rey que te estreche entre sus brazos. Saber ser un ángel en un infierno permanente. Ojalá que la vida me siga presentando gente con un grado mínimo de tu sensibilidad, para así poder creer que aun hoy, puede haber honestidad. Quienes entienden de lo que estoy hablando saben que este ser de ojos esmeralda tiene la capacidad de despertar un desfile de emociones en la espalda. Porque, alguna vez, creyó tener su sol, y éste se fue en busca de otro amor. Y su alma lejos de parecer hielo, ante la falta de esa luz pensó: '¿Por qué habría de angustiarme tras su ausencia? Si aquel sol como yo, se formó de nuestro amor. Cerró la puerta con suma prudencia y espera otra estrella para fundir de a dos.

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