lunes, 25 de marzo de 2013
Vivías lejos, nunca supe bien si tenías nombre, me lo olvidé. Son las cinco, y Palermo tiene poco que contar. En casa hay dos vinos si prometes que no te enamoras. Subimos a un taxi fantasma, asomaba el hocico del sol. Otra noche, otra almohada lejos del nido, y yo sin caparazón. Siempre esta pata de palo fue más zorra que mi corazón, y así quedamos fulanos de nadie... Y está jodido mojarle una oreja a la soledad. Digamos poco, precioso, y brindemos por lo que viene y se va. Por ser de estreno el asunto no estuvo tan mal, no hay besos campeones en un primer round. Después nos dormimos, creo que ni te abracé. Afuera llovía como la penúltima vez. Junto los vidrios de un vaso mientras desayunas un café. Y planeamos un viaje, ese que jamás vamos a hacer. Siempre este parche en el ojo fue más lejos que mi corazón, y así quedamos fulanos de nadie... Y está jodido mojarle una oreja a la soledad. No digas nada, precioso, y brindemos por lo que viene y se va. Lo que nos cura se va, siempre se va. Se queda un rato, nos mima, nos miente y después se va... Llenate el vaso, precioso, y brindemos por lo que nunca será.
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