Antes, cuando salía sola, rompía mi nariz, pobre mi corazón, sufría, pero yo estaba a mil. Siempre hipotequé mi vida para poder seguir. Riesgo, amor y fantasía: las claves para mí. Siempre te busqué, siempre tuve que llorar para ver que ésta vida valía. Siempre desperté de mis pesadillas y nunca tendré la paz que necesito. Antes dormía todo el día para reconstruir todas mis neuronas perdidas que se quisieron ir. Pronto caí que estaba herido, ya no quería reír. Todos me daban por perdido, cansados de insistir. Pero recordé a mi padre enseñándome a ver el mundo tal cual era. No podía ser que le falle a mis amigos de ayer, a los de hoy y siempre. No le dan los ojos para ver, pero el pibe sigue igual, necesita estar despierto. Siempre vuelve a ir aunque duela, nunca deja de aprender.
miércoles, 22 de agosto de 2012
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