jueves, 20 de octubre de 2011


Gracias por aguantar ese dolor, por inventar ese sabor, por hacer siempre lo que quieres. Gracias por los consejos que me das, por olvidarme si te vas. Por no quererme un poco más, por esas cosas que no se pueden contar. Aprendí a sufrir, aprendí a reírme de mí. Me reconstruí, tuve que decir que sí. Gracias por caminar siempre al revés, por derretirte si me ves, por alargar ese momento. Gracias por asumir ese papel, ya no sabíamos qué hacer pero te fuiste justo a tiempo. Gracias por ayudarme a que se duerma, por el cariño, la paciencia cuando todo iba mal. Gracias por esas cosas que no se deben contar. Ya no seré lo que fui para vos una vez, pero podes contar conmigo...

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