A olvidarme de olvidar, a recordar lo que vendrá, a arriesgar una y mil veces. A molestar, a ladrarte, a ser el preso de la celda stereo de tu alma, rincón eterno de las palabras. A ser idiota por naturaleza y caer siempre ante la vaga certeza de que en esta tierra todo se paga. A consumirme, a incendiarme, a reir sin preocuparme. Hoy vine hasta acá a tapar mi ingenuidad, con un poco más que sal me quiero quedar. A tocar, a manosear, a querer más que un nada más, a desnudarte una vida de veces. A hablar mal del que dirán, a ver temblar la seguridad, a ser distinto a lo que se parece. A terminar con el cuento más oscuro, a derribar los muros de mi mente, a ser un poco menos consciente. A fantasear, afilarme bien los dientes, a acabar con mis pensamientos decentes, asesinar a las verdades que mienten...
martes, 30 de agosto de 2011
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