miércoles, 31 de agosto de 2011
Me abriste el pecho en dos con un flechazo certero, y espiarte pasó a ser una parada más en mi ruta cotidiana. Una mirada, una semana peleandome por vos, contra mi mundo por vos. Durmiendo en soledad se duerme abrazado a los miedos, y sin tener valor enloquecí a mi alrededor. Un baldazo de agua fría, un sueño en pesadilla al ver cerrado el local de ilusión sin que supieras quien soy. Un panfleto supo dar cierto coraje, y supiste ser mi enana y mi gigante. Pasé de esconderme a querer profanar las puertas del edén, y pisé en falso en la estación del tren. Y tu tiempo me dijo al oído "estoy clausurado para el que no pelea" despertando el otro lado de la moneda. Operando volvió por ingenio armando el ruedo, demostrando el doctor que el pulso no temblaba más. Se acotaron las distancias, Almagro haedo se fundieron en un fuego que pretende ser eterno. Hoy ya no existe más aquel que teme a los abismos, y es hoy gracias a vos que mis miedos tienen terror. Es tu risa que desarma todas mis tropas, se rindieron a tu reino de enseñanzas. Un panfleto supo dar cierto coraje, y supiste ser mi enana y mi gigante. Sentí que el destino esperaba jugarme a matar o morir, vencí a ese extraño que supo habitar en mi. Este hombre sensible no cruza los brazos, no cree en refutar leyendas, demostró que tu amor no lo gana cualquiera.
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