domingo, 6 de abril de 2014

Vamos a morir diciendo

Todo empieza con una llamarada, cuando despedimos llamas de nuestras miradas. Quieren detener el incendio que se propaga, pero hay fuegos que con agua no se apagan. Y se acerca la línea policíaca, los músculos se tensan y aumenta la frecuencia cardíaca. Suben los niveles de testosterona y empieza ese momento en el que se enfrentan las personas, cuando somos amigos del coraje, cuando gritar se convierte en nuestro único lenguaje. A mí me ordena la razón, a ti te ordena un coronel ¡Si nuestra lucha es de cartón la de ustedes es de papel! Y no nos paran, porque un mensaje contundente convierte a cualquier teniente en un tiburón sin dientes. El Estado nos teme, porque al mismo tiempo que somos 132 y 15M. Si la prensa no habla nosotros damos los detalles pintando las paredes con aerosol en las calles. Levanto mi pancarta y la difundo ¡con solo una persona que la lea ya empieza a cambiar el mundo! Codo con codo, paso con paso. Crece la ola, crece la espuma cuando cada vez más gente se suma. El que controla, el que domina quiere enfermarte pa' venderte medicina. Y nos endrogan, nos embrutecen, cualquier pregunta que tengamos la adormecen. Son las mentiras recalentadas, nos alimentan con carne procesada. Y la gente sigue desinformada: una noticia mal contada es un asalto a mano armada. Nos infiltramos, nos duplicamos, como las células nos multiplicamos. Al que no quiere caldo se le dan dos tazas. Somos la levadura que levanta la masa. Nuestras ideas son libres, y están despiertas, porque pensamos con las puertas abiertas. Lo que no se ve lo estamos viendo; nacimos sin saber hablar ¡pero vamos a morir diciendo!

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