domingo, 6 de abril de 2014
Castigamos al humilde y aguantamos al cruel
Nacimos para aguantar lo que el cuerpo sostiene, aguantamos lo que vino, y aguantamos lo que viene. Aguantamos aunque tengamos los segundos contados, nuestro cuerpo aguanta hasta quince minutos ahorcado. Aguantamos latigazos, que nos corten los dos brazos, fracturas en cualquier hueso, tres semanas con un yeso. Aguantamos todo el tiempo las ganas de ir al baño, pa' ver el Cometa Halley hay que aguantar setenta años. Aguantamos la escuela, la facultad, el instituto; a la hora de cenar nos aguantamos los eructos. El pueblo de Burundi sigue aguantando la hambruna. Aguantamos tres días para llegar a la Luna. Aguantamos el frío del Ártico, el calor del Trópico, aguantamos con anticuerpos los virus microscópicos. Aguantamos las tormentas, los huracanes, el mal clima. Aguantamos Nagasaky, aguantamos Hiroshima. Aunque no queramos aguantamos nuevas leyes. Aguantamos hoy por hoy que todavía existan reyes. Castigamos al humilde y aguantamos al cruel. Aguantamos ser esclavos por nuestro color de piel, aguantamos el capitalismo, el comunismo, el socialismo, el feudalismo, aguantamos hasta el pendejismo. Aguantamos al culpable cuando se hace el inocente, aguantamos cada año a nuestro puto presidente. Por lo que fue, y por lo que pudo ser; por lo que hay, por lo que puede faltar, por lo que venga y por este instante: ¡a brindar por el aguante! Aguantamos cualquier tipo de dolor aunque nos duela. Aguantamos Pinochet, aguantamos a Videla, a Franco, Mao, Ríos Montt, Mugabe, Hitler, Idi Amin, Stalin, Bush, Truman, Ariel Sharón y Hussein. Aguantamos más de veinte campos de concentración. Cuando nadas bajo el agua aguantas la respiración; pa construir una pared aguantamos los ladrillos. El que no fuma se aguanta el olor a cigarrillo. Aguantamos que Monsanto infecte nuestra comida; aguantamos el agente naranja y los pesticidas. Cuando navegamos aguantamos el mareo. Aguantamos el salario mínimo y el desempleo. Aguantamos las Malvinas y la invasión británica en la ciudad de Pompeya. Aguantamos lava volcánica, y dentro de la lógica de nuestra humanidad nos creemos la mentira de que nadie aguanta la verdad. Aguantamos al ateo, al mormón, al cristiano, al budista, al judío. Aguantamos al pagano, aguantamos al que vende balas y el que las dispara. Aguantamos la muerte de Lennon, la de Víctor Jara. Aguantamos muchas guerras: la de Vietnam, la Guerra Fría, la Guerra de los Cien Años, la Guerra de los Seis Días ¡Que aguanten la revancha, venimos al desquite. Hoy nuestro hígado aguanta lo que la barra invite!
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