jueves, 22 de agosto de 2013
Sonreís y un berretín universal de momentos placenteros se presenta, desearía que pudiera perpetuar el instante en que tus dientes se me ostentan. Bebo el whisky de tu lengua, y ahí no más con el alma copeteada te sostengo, vaya a ser que un segundo de ebriedad me secuestren los agentes del infierno. Me someto así a tu entrega; me rescata, me enloquece y me sosiega... Ya no somos dos ahora, se fundieron nuestros fuegos en tu alcoba. Un pasado infortunado y su intención de instalarse eternamente en tus adentros se convierte en mi rival de estación, y yo se como ganarle a esos espectros. Es la base de la dieta del amor: MUCHA RISA PA' QUE NO NOS DUELA NADA. No hay vestigios de tragedia en tu colchón porque sobran, porque sobran carcajadas...
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