jueves, 22 de agosto de 2013
Aquella ingenuidad sonroja su vergüenza. Presumí ser domador, más preferí ser el león ante esa hermosa violencia. Me sacaste a bailar y quedé emborrachada, ya no puedo renunciar al orgasmo sin final que tu piel me ha regalado. Muero en tu cuerpo, revivo en él, siento fervientes mis ganas de ser. Te invito a transpirar la magia que inventamos, siento en mis manos la felicidad. No quiero ni pensar en que mi alma carezca de ese hermoso cuerpo azul, es como un jueves sin Gulp, como un sábado sin Reina. Pelada tu dulzura, hermosa asignatura, hoy la Luna se enrroscó, me miró mal, me celó por nuestra aventura diurna.
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