jueves, 22 de agosto de 2013
Acudí a tu auxilio de forma inmediata: "Hola ¿qué tal?", tu sonrisa y perdí por goleada. Te apoderaste al instante de mi ocio, y al fin y al cabo pude entender que hiciste negocio. Una ráfaga de balas seductoras no lograban vulnerar una coraza idiota, y con mi seguridad ya en la miseria fuimos por un café, juntos los tres: vos, yo y tu histeria... Sin mucho que hablar nos despedimos, comprobé que ya era inútil extender ese partido. Colgué los timbo y bajé la persiana, sin embargo tu autoestima cascoteó mi ventana. Sugerías necesitar mi delirio, para ganar espacio me mostré cual tipo tibio. Empezó a inquietarte mi nueva conducta, pero caí derrotado por tus brotes de astucia. Me regalaste vacaciones en tu alcoba, atrás quedó esa idiotez de dormir cola con cola. Conocí los pechos más lindos del mundo, sobre gustos no hay nada escrito pero bustos ¿Quién dijo que no se puede? ¿Quién dijo que no se puede combinar inconstancia, inconsciencia y lealtad? Que es imposible dar un paseo un día a tu cielo, un día a mi infierno. Estoy seguro, compañeros, y me juego mi alma loca que no debe boca existir como esta en el mundo entero.
Sonreís y un berretín universal de momentos placenteros se presenta, desearía que pudiera perpetuar el instante en que tus dientes se me ostentan. Bebo el whisky de tu lengua, y ahí no más con el alma copeteada te sostengo, vaya a ser que un segundo de ebriedad me secuestren los agentes del infierno. Me someto así a tu entrega; me rescata, me enloquece y me sosiega... Ya no somos dos ahora, se fundieron nuestros fuegos en tu alcoba. Un pasado infortunado y su intención de instalarse eternamente en tus adentros se convierte en mi rival de estación, y yo se como ganarle a esos espectros. Es la base de la dieta del amor: MUCHA RISA PA' QUE NO NOS DUELA NADA. No hay vestigios de tragedia en tu colchón porque sobran, porque sobran carcajadas...
Ya no tengo tu cigarro en desayuno y aprendí a echarlo de menos, te lo juro. Ya no tengo tu mejilla y su deseo de sentirse a mi nariz su alma de hielo. Ya no tengo aquel susurro que avivaba el fueguito de una voz avergonzada. Ya no tengo la fruición de la mañana de rogarte que despegues de la cama. Ya no tengo tu solcito en mi habitación, se ha instaurado una ilusa ilusión de un olvido repentino, burlando a un tiempo lerdo. Callejeros va a tocar, tu azulgrana va a jugar y eso no va a hacer más que cooperar con tu recuerdo. Ya no existen esas pelis mentirosas que solían dar lugar a nuestras cosas. René, mudo, inalterable me rechaza como a una mina indeseable. Si no tengo esos ojitos que ostentaban cielo eterno para aquella alma menguada, ni ese beso que pequeño me colmaba ¿Qué voy a hacer con esta fábula acabada? Solo tengo de aquel tren al paraíso un furgón impenetrable sin sus puertas, y una sábana impermeable de granizo de una cama que solía ser caldera. Ya no tengo aquella risa terapeuta y este espanto tenebroso no da tregua. Me ha quedado una existencia belicosa de una paz que hizo a mi vida encantadora... Ilusa ilusión de un corazón que, por desgracia, solo me da a elegir por vos o tu eutanasia.
Aquella ingenuidad sonroja su vergüenza. Presumí ser domador, más preferí ser el león ante esa hermosa violencia. Me sacaste a bailar y quedé emborrachada, ya no puedo renunciar al orgasmo sin final que tu piel me ha regalado. Muero en tu cuerpo, revivo en él, siento fervientes mis ganas de ser. Te invito a transpirar la magia que inventamos, siento en mis manos la felicidad. No quiero ni pensar en que mi alma carezca de ese hermoso cuerpo azul, es como un jueves sin Gulp, como un sábado sin Reina. Pelada tu dulzura, hermosa asignatura, hoy la Luna se enrroscó, me miró mal, me celó por nuestra aventura diurna.
lunes, 19 de agosto de 2013
Pensar que todo ser humano quiere tocar el cielo con las manos, y yo lo estoy abrazando. Un parche para mis heridas. La cima en la montaña de la vida: lo encuentro todo en su sonrisa. Y he sentido en la vida mil emociones distintas, pero juro, ninguna llegó tan lejos en mi alma. Es el ángel que le escapó a Dios de las manos y a la tierra ha venido a parar. Es peligroso mi mundo pero te voy a cuidar. El sueño que no fue soñado; la mujer que nadie se ha imaginado me encierra en su sitio encantado
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