martes, 16 de abril de 2013
Vámonos a Marte, lejos del ruido y cerca del arte. Quiero despertar escuchando su voz, y dormir en el salón de un corazón que no se parte. Quiero que viva sin televisor, a la deriva de mil temas de conversación. Quiero un chico de verdad que se mantenga con vida, que tenga son, y que sepa librarse de la rutina. Yo no quiero que sea perfecto, ni que necesite fiestas para que lo diviertan. Quiero vivir con él sin reglas, sin prisas. Quiero una botella entera llena de sonrisas, quiero ver amor en cada gesto, y que acabemos el partido como el juego perfecto. Sobrevivir a los tópicos muertos, hacer ski en cada curva del cuerpo, y que podamos decir que el mundo sigue siento nuestro sin tener que lucir ninguna imagen al resto. Quiero su voz, y sus enfados molestos no tienen importancia cuando fluyen por defecto. El afecto, el respeto y el trato es conexo. Cierra los ojos y deja el corazón abierto.
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